¡Hola! Una mañana nos despertamos y la OMS había declarado una pandemia. El mundo cambió y ahora la mejor opción es la cuarentena preventiva, el distanciamiento social y, como hacía Lady Macbeth, el lavado de manos compulsivo. Ante eso, ¿qué hacer?
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La cultura en casa. Se sabe que la cultura (el recuerdo de nuestra vida en sociedad, ponele) produce alivio. Pero… pandemia. Así que los museos, teatros y cines del mundo decidieron cerrar sus puertas regulares para abrir las virtuales. El Museo Nacional de Arte Decorativo, el Malba, el Prado, el Louvre y las Galerías Uffizi, por nombrar algunos, tienen muchas propuestas muy buenas online. Teatro, de todo en Teatrix. Cine y series ni nombro porque todos manejamos infinidad de plataformas.
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Encauzando nuestra locura por las novedades. El encierro produjo maravillas literarias. Se cuenta que Shakespeare escribió Rey Lear en cuarentena, el Marqués de Sade escribió en la cárcel La filosofía en el tocador y Bocaccio, un par de siglos antes, produjo en medio de la peste negra uno de mis libros favoritos, el Decamerón; hoy, lo más parecido a un club de lectura.
Como cuenta en su proemio, Bocaccio decide consagrar un poco de su tiempo a los placeres de un público lector principalmente femenino, en donde explica que en el libro uno encuentra “cien novelas, o fábulas o parábolas o historias, como las queramos llamar, narradas en diez días, como manifiestamente aparecerá, por una honrada compañía de siete mujeres y tres jóvenes, en los pestilentes tiempos de la pasada mortandad, y algunas canciones cantadas a su gusto por las dichas señoras”.
No estamos en las afueras de Florencia en el año 1350 y pico, y la peste negra no es el coronavirus, pero podemos repetir esa escena de amor a la literatura y la conversación. ¿Cómo? Leyendo y conversando por redes.
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Nuestro club del libro. Parece increíblemente oportuno, y de algún modo lo es, pero hace un mes iniciamos con Santiago Llach (poeta, tallerista consumado y gran difusor de la literatura) Pez banana (pezbanana.club), un club del libro que arrancó con todo.
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Otra buena opción. Cecilia Fanti, la deliciosa librera de Céspedes Libros, de Colegiales, fue rápida de reflejos. Antes de que la epidemia evolucionara en pandemia abrió una línea de WhatsApp y reforzó la atención de sus redes sociales para todos los lectores que necesitan aprovisionarse para pasar la cuarentena bien acompañados.
Como dijo ella, es un servicio para “quienes quieran pasar su cuarentena responsablemente y leyendo en casa. Nos escriben, nos pagan con transferencia, mandan a buscar los libros o los mandamos nosotros”. WP: +54 113 005 3621.
Y aquí, el libro de no ficción de la semana:
Borges, un escritor en las orillas, de Beatriz Sarlo, comentado por Santiago Llach. La gran crítica literaria argentina se las ve con el gran escritor argentino; el gran escritor de derecha es finalmente asimilado por la izquierda, ya cómoda en el mainstream cultural de una democracia que empezaba a asentarse a los golpes. Situada en el cuadrante ideológico de la izquierda liberal y con un estilo crítico en el que conviven las miradas formalista y sociológica sobre los textos, Beatriz Sarlo dijo estas cuatro conferencias en la Universidad de Cambridge en 1992, y las publicó como libro en 1993. Eran tiempos de revisión para las izquierdas, y Sarlo pulsaba una tensión crucial que había atravesado a Borges: la del escritor fuertemente político que al mismo tiempo había defendido a toda costa la autonomía del arte. Aquí, el comentario completo.
Hasta acá llegamos por hoy. Espero estés preparada o preparado para el encierro y si leés o ves algo de lo que recomendé, escribime contándome qué te parece.
Un fuerte abrazo,
Flor.
La entrada Encierro y cultura: cómo mantener el espíritu en alto se publicó primero en RED/ACCIÓN.