En 2013 se conoció una lista que hizo el cantante con los títulos que habían dejado una marca en su vida. Hoy un libro vuelve sobre esa lista y la analiza ítem por ítem. ¿Qué decía Bowie sobre Stephen King? ¿Y sobre Kafka? ¿Para qué librería escribió una serie de reseñas?
Plus: la mezcla de Rosalía (flamenco, pop, músicas urbanas y músicas latinas) ya tiene su antología de ensayos.
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Un centenar de libros. David Bowie eligió los cien libros que en su vida habían sido más importantes e influyentes (no sus libros favoritos, sino los que lo habían marcado como artista) y ahora el comentario de esos libros compone El club de lectura de David Bowie, escrito por el periodista inglés John O’Connell.
La lista fue publicada por el Victoria and Albert Museum de Londres en 2013, se viralizó y, según O’Connell, surgieron muchos comentarios incrédulos onda: “¡Pero bueno! ¿Quién habría dicho que David Bowie leía tanto?”. Escribe O’Connell: “Una conclusión un tanto curiosa, porque Bowie llevaba años haciendo gala de su amor por los libros; no solo en las entrevistas, sino también, indirectamente, en su obra y en el abanico de máscaras que llevaba cuando la presentaba ante el público”.
¿Qué libros leyó Bowie? En la lista están La naranja mecánica, de Anthony Burgess; El extranjero, de Albert Camus; «Infierno», de Dante Alighieri, En el camino, de Jack Kerouac (Bowie dijo muchas veces que uno de los episodios más importantes de su vida fue que su hermanastro Terry Burns se lo diera a conocer); y hasta La maravillosa vida breve de Óscar Wao, de Junot Díaz.
Como muchos autodidactas, a Bowie le gustaba hablarles a los demás sobre lo que había aprendido: cuando le encantaba un libro, dicen sus amigos, lo promocionaba con fervor. Quizás por eso en 1998 empezó a escribir reseñas para la cadena de librerías Barnes & Noble. “Vieron que había escrito un montón de reseñas de libros en internet [refiriéndose a BowieNet, su primera página web] y pensaron que no sería mala idea que también redactara alguna para ellos”, dijo en Time Out.
Según O’Connell, si uno fija la vista en los títulos de los cien libros un buen rato, ve emerger dos patrones. “El primero”, dice, “se compone de los distintos elementos culturales que se aglutinaron para conformar la sensibilidad artística de Bowie. El segundo, un poco más nebuloso, tiene que ver con la cronología: dispuestos en el orden correcto, los libros dibujan un recorrido por la vida de Bowie, de niño a adolescente y de superestrella narcotizada a introspectivo y huidizo padre de familia. No debe subestimarse el papel que desempeñó la lectura en esta misión”.
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El fan de Stephen King menos esperado. Para Bowie, nacido en 1947, muchos de los libros más importantes fueron producto de los ’60 y ’70. Luego de coquetear con la cultura mod en su juventud, exploró el budismo tibetano, entremezclando sus dogmas con ideas de novelas de ciencia ficción (de Juan Raro, escrita por Olaf Stapledon, es la expresión «homo superior» que aparece en “Oh! You Pretty Things”, por ejemplo), de Nietzsche o de la teosofía. En 1966, entabló amistad con el gurú tibetano Chime Rinpoche e incluso pensó en hacerse monje budista. En la lista hay un libro de reflexión budista: Vivir sin cabeza, de Douglas Harding.
Bowie tuvo, además, a un guía intelectual en su primer manager, Kenneth Pitt, que lo recordó consultando libros en su biblioteca: El principito, de Antoine de Saint-Exupéry; Nadie sabe mi nombre, de James Baldwin; y El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
¿Qué más le gustaba leer? Stephen King. “Me da un miedo que te cagas”, le dijo a la revista Q en 1999. Y también los libros de crímenes reales, como el best-seller Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson, de Vincent Bugliosi y Curt Gentry, que una periodista inglesa vio en su habitación de hotel, cuando fue a entrevistarlo a Los Ángeles en julio de 1975, con un pedazo de queso a medio comer sobre la tapa. Y de La metamorfosis, de Kafka, dijo: “Tenía unas pesadillas muy intensas sobre la historia; traducciones literales de lo que Kafka había escrito: salían enormes gusanos que volaban y se quedaban boca arriba, y sueños sobre bichos. Veía que me estaba convirtiendo en algo irreconocible; en un monstruo”.
En fin. Esta no es la historia de la vida de David Bowie, advierte el autor. “Pero sí es un repaso de las herramientas que utilizaba para navegar por ella, además de una inyección de optimismo para quienes apoyan la anticuada teoría de que leer te hace ser mejor persona”.
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Especial sobre Desigualdad de Género. Durante varias semanas, el equipo de RED/ACCIÓN trabajó en un proyecto que estrenamos el jueves pasado, y del que ustedes participaron. Es una producción que busca visibilizar la desigualdad y la violencia de género, al mismo tiempo que ofrece herramientas para trabajar por una sociedad más igualitaria.
Si todavía no la viste podés empezar a navegarla ahora, desde acá.
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Rosalía. Me llamó la atención La Rosalía: Ensayos sobre el buen querer, un libro de ideas acerca de la música de esta estrella española, coordinado por Jorge Carrión. La mezcla de Rosalía de flamenco, pop, músicas urbanas y músicas latinas es —leo— al mismo tiempo comercial y experimental. Además, sus colaboraciones, sus coreografías, sus videoclips o su uso de las redes sociales establecen puentes con los principales ámbitos creativos de nuestro tiempo.
El libro muestra la relación de su música con el flamenco y el nuevo flamenco, lo natural y lo artificial, la industria y el azar, sus vínculos con distintos contextos creativos, su perspectiva feminista, su relación con el deseo, su dimensión social y su interés por el imaginario arrabalera.
- ¿Para cuándo uno de J Balvin?
(¡Me anoto en ese!)
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Adiós, Carlos Busqued. Ayer nos enteramos de que murió este ingeniero chaqueño devenido en un bestial escritor; un hombre ermitaño, sincero y gruñón con dos grandes novelas (Bajo este sol tremendo y Magnetizado) y una legión de fans.
- De todo lo que se lo homenajeó y recordó en Twitter (fue tendencia), me quedo con la vuelta de esta nota que salió en Rolling Stone hace unos años, firmada por Pablo Plotkin.
- Y también creo que es buena esta anécdota que nos cuenta Sebastián Lidijover, de la editorial Anagrama, en un email de comunicación de la noticia del fallecimiento: “Me acuerdo que una vez, mientras visitábamos librerías para charlar con libreras y libreros, me contó que tenía ganas de dar un taller de escritura con conceptos de física e ingeniería. Era algo así como pensar la trama contemplando cuánto pesaba cada personaje, cómo afectaba al resto los movimientos y reacciones de cada uno, etc. No sé si alguna vez lo hizo, pero para mí esa charla fue una especie de regalo”.
Hoy mencionamos 4 libros en SIE7E PÁRRAFOS:
1️⃣ El club de lectura de David Bowie, de John O’Connell.
2️⃣ La Rosalía: Ensayos sobre el buen querer, coordinado por Jorge Carrión.
3️⃣ Bajo este sol tremendo, de Carlos Busqued.
4️⃣ Magnetizado, de Carlos Busqued.
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Javier
La entrada Los 100 libros que marcaron para siempre a David Bowie se publicó primero en RED/ACCIÓN.