Patti Smith lleva su método de Instagram a un libro: es El libro de los días, y tiene 366 fotos. “Todos los días hay algo que nos enviará por algún pequeño camino, ya sea estéticamente, humanísticamente o en cuanto a la memoria”, explicó.
(Annie Leibovitz —la icónica fotógrafa de Rolling Stone— le mostró cómo sacar fotos con el celular.)
Plus: Leonard Cohen escribió su primera novela cuando tenía poco más de 20 años y ahora se publica en español. Mientras tanto el creador de Shtisel prepara una serie sobre Cohen en el frente de batalla de la guerra de Yom Kippur.
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El 26 de febrero de este año, Patti Smith posteó en su cuenta de Instagram (@thisispattismith) una foto de un libro de César Aira, Fulgentius, junto a una taza de café negro. “Esto es… terminando una segunda lectura de Fulgentius. ¡Qué gran libro! ¡Salve César! Y gracias a Chris Andrews, por una traducción espectacular”. A Smith le gustan los libros y las fotos. Conocemos, por ejemplo, su influencia sobre Robert Mapplethorpe porque ella misma la contó en Éramos unos niños.
El 1 de febrero, Patti Smith posteó su primera lectura de Fulgentius. “¡Es un genio!”, escribió sobre Aira. El 11 de agosto de 2021 ya había leído a Aira (The Divorce [El divorcio], cuya introducción escribió ella misma para la edición estadounidense), el 11 de mayo a Sergio Chejfec y el 12 de enero de 2020, Things We Lost In The Fire (Las cosas que perdimos en el fuego), de Mariana Enríquez.
“Honrada”, respondió Enríquez en un comentario. “Me enseñaste más sobre libros que la escuela. Agarré a Rimbaud de los estantes de mi madre cuando lo mencionaste—y me enamoré por primera vez de un poeta muerto. Gracias por esto”.
Ahora, con El libro de los días, Patti Smith trasladó su ejercicio instagramero al papel. Dice ella misma que el libro está inspirado en su Instagram. Paradójicamente, en 2018 había cambiado su Polaroid Land Camera 250 por su teléfono y trasladado parte de su diario a su flamante cuenta de Instagram. Pero ahora vuelve a lo clásico.
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En este nuevo trabajo (publicado por Lumen) Patti Smith ofrece una foto por día —un poco al estilo del viejo Fotolog.com— y hay de todo: sus botas, su gato, Kurt Cobain, cementerios y tumbas (las de William Blake, Dylan Thomas, Sylvia Plath, Simone Weil y Albert Camus), el café La Habana de Ciudad de Mexico, Keanu Reeves, libretas, tazas de café y estaciones de tren. Entre otras cosas.
“Me inspiro todos los días”, dijo Smith en una entrevista reciente en Vanity Fair.
“Esa era una de las cosas que esperaba transmitir en el libro, que todos los días hay algo que nos enviará por algún pequeño camino, ya sea estéticamente, humanísticamente o en cuanto a la memoria. Eso es realmente lo que esperaba del libro, que obviamente no es una narración, sino una especie de narración interna de una sensibilidad”.
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Patti Smith fue una protagonista del nacimiento del punk, aunque su estética estaba más cerca de la de cantautores como Bob Dylan o incluso Joan Baez. Desde entonces, se ha vuelto una artista completa que escribe, fotografía, pinta y canta. En la introducción de El libro de los días ella dice:
Aunque echo de menos la cámara y el ambiente concreto de las fotos Polaroid, valoro la flexibilidad del móvil. Mi primera aproximación a los posibles usos artísticos del teléfono móvil fue a través de Annie Leibovitz. En 2004 hizo una foto de interior con el móvil y luego la imprimió en una imagen pequeña de baja resolución. Quitándole importancia, dijo que creía que algún día sería posible hacer buenas fotos con un teléfono. En aquella época no me planteaba tener móvil, pero todos evolucionamos con el tiempo. El mío, adquirido en 2010, me ha permitido unirme al explosivo collage de nuestra cultura.
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Patti Smith regresa (aunque en realidad nunca se fue) y, como ella, otro que regresa es Leonard Cohen (aunque él si se fue: murió en 2016). Porque acaba de salir en español Un ballet de leprosos (publicada por Lumen).
Un ballet de leprosos es la primera novela de Cohen (con poco más de 100 páginas), y viene acompañada de 16 cuentos. En casi todas las hojas —según The Guardian—, se puede encontrar una imagen que luego florecería en alguna de las canciones de Cohen y si hay un tema central de este período en su trabajo, es la violencia: violencia física y emocional. Como la mayoría de las historias cortas, Un ballet de leprosos está ambientada a mediados de la década de 1950 en Montreal. El estilo recuerda a Camus y a Dostoyevski.
Mi veredicto: solo para fans.
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Otro libro sobre Leonard Cohen es Who By Fire: Leonard Cohen In The Sinai, del periodista Matti Friedman, que todavía no se tradujo al español. Cuenta la visita y el concierto de Leonard Cohen en 1973 en el frente de la guerra de Yom Kippur y la noticia es que será adaptado una serie de televisión.
“En octubre de 1973, el poeta y cantante Leonard Cohen, de 39 años, famoso, infeliz y en un callejón sin salida creativo, viajó al desierto del Sinaí y se insertó en el caos y la sangre de la Guerra de Yom Kippur”, dice la sinopsis —según Variety—. “Moviéndose por el frente con una guitarra y un equipo de músicos locales, Cohen se zambulló de cabeza en una crisis global y conoció a cientos de hombres y mujeres luchadores en el peor momento de sus vidas. El público de Cohen sabía que sus canciones podría ser lo último que escuchara, y los que sobrevivieron nunca olvidaron la experiencia. La gira de guerra fue un momento cultural eléctrico, que todavía resuena hoy, un momento que solo unos pocos conocían, hasta ahora”.
El viaje de Cohen fue seguido poco después por su álbum New Skin for the Old Ceremony, en el que hace referencia a la guerra, incluido “Lover, Lover, Lover”, escrito en una base de la fuerza aérea israelí durante los combates, y “Who by Fire”, que está inspirado en una oración de Yom Kippur.
La serie se filmará en Israel en 2024 y será escrita por Yehonatan Indursky (codirector y guionsta de Shtisel).
Mi veredicto: quiero verla ya mismo.
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Dijo Patti Smith.
Refiriéndose a sus 76 años, agregó en esa entrevista que leí:
“Nunca he sido un prodigio. Realmente he tenido que trabajar y trabajar y trabajar y disciplinarme. Y escribí tanto durante los años ’80, casi nada publicado, pero trabajé. Realmente desarrollé mi disciplina. Y finalmente, sentí que ya sabía cómo escribir.
También siento que, como intérprete, sabía lo que estaba haciendo. De todas mis habilidades, sentí que sabía qué hacer con ellas. Empecé a sentir el dominio de mis propias habilidades. Y creo que eso es bueno.
No publiqué Éramos unos niños hasta los 63 años. Y desde entonces he hecho algunos libros. Estoy trabajando en dos ahora. Y como intérprete, no tengo la misma movilidad, y no tengo la apariencia juvenil. Ahora estoy contenta conmigo misma, pero estoy diciendo esas cosas que dependen de la cronología, las he pasado, pero ahora he entrado en el campo de la nueva cronología. Soy mayor. Voy a cumplir 76 años, pero siento que no tengo que depender de nada más que de mi propia voluntad de trabajar, mi propia curiosidad y mis propias habilidades.”
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Una post-postdata: ayer empezó el Festival Borges.
Acá van dos actividades para hoy:
Borges y los medios, por Sylvia Saítta. A las 18, modo virtual.
Un análisis de algunas estrategias por medio de las cuales Borges hizo de los medios el primer ámbito de circulación de su literatura; en las que encontró, también, uno de los principales escenarios de constitución de su figura pública de escritor y de lector. Saítta hará un repaso por ese Borges que publicó en diarios masivos y publicaciones periódicas; fue entrevistado por la prensa escrita, y en programas de radio y televisión; dirigió revistas y suplementos culturales; participó como jurado de concursos promovidos por diarios, editoriales y revistas comerciales; posó para los fotógrafos, firmó autógrafos, participó en ferias del libro y eventos públicos.
Experiencia Borges, por Hinde Pomeraniec. A las 20, modo virtual.
Pomeraniec rememorará su construcción como lectora. Cuándo y cómo llegó a Borges por primera vez. Cómo fue su experiencia como docente en la Universidad de Buenos Aires, y también cuál es el lugar de Borges en la literatura actual.
Bueno… por ahora lo dejamos acá. Podemos seguir la conversación por mail o en las redes. Y también podés contactarme en Twitter.
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Javier